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3 de julio de 2012

"Te amamos, pero no lo puedes ver"

Voy al grano. Me topé con un link a un artículo sobre el cual dejé un comentario, y son esas palabras mías las que quiero compartir aquí antes de cerrar con una última reflexión (la versión original en inglés está en este link):
PyracyPayback.org - The Cure for P2P Remorse
Toda la idea detrás del término "copyright" ["derecho de copiar", literalmente] se ha vuelto obsoleta. Tuvo sentido en una época en que sólo unos pocos tenían capacidad financiera y tecnológica para hacer grabaciones y copias. Controlar la duplicación y la distribución digitales de material se está volviendo utópico, así que acéptenlo y olvídense de absurdas regulaciones y demandas legales. Demos la bienvenida a la era del libre compartir. Las discográficas ya no mandan en el mundo musical.

17 de marzo de 2011

15 cosas que no me enseñaron en el conservatorio

1
Que estudiar no te hace necesariamente un mejor músico.

2
Que la buena música puede ser resultado de un acto fortuito.

3
Que la música sólo es buena si motiva o inspira algo, no sólo si está motivada o inspirada.

4
Que la perfección no es la finalidad.

5
Que el talento es sólo parte de la ecuación.

17 de noviembre de 2010

13 maneras para celebrarme el Día del Músico

El 22 de noviembre es el Día Internacional del Músico, y así me gustaría celebrarlo en Venezuela alguna vez (porque sé que nada de esto pasará la semana que viene):

1. Con libertad para comprar los dólares que quiera y cuando quiera, para así poder invertir en instrumentos musicales y equipos de grabación que sólo se producen en el exterior y que aquí cuestan el triple; para poder pagar servicios de suscripción a portales de Internet que facilitan la promoción de mi música a nivel internacional; para tener más facilidad de exportar productos relativos a mi obra; para poder salir de mi país sin trabas y difundir lo que hago más allá de mi tierra.

2. Con todos mis panas talentosos que se vieron obligados a irse a otras latitudes porque no veían un futuro artístico gratificante donde estoy.

3. Con una canción mía sonando en una emisora de radio sin antes habérselo pedido, porque ya es norma y no una excepción.

4. Viendo que en los noticieros estelares en la TV son más importantes los logros de los músicos independientes locales que el nuevo peinado de Lady Gaga.

5. Siéndome difícil decidir a cuál concierto asistir porque hay muchos anunciados para cada día del año y en numerosos auditorios en los que el centro de atención es en realidad la manifestación artística y no el consumo de licor.

6. Con un evento especial tipo "Día de Abrazar a un Músico" en el que la gente nos regale al menos un chocolate para agradecer que de alguna forma contribuimos a la sociedad también.

7. Con la promulgación de una ley de derechos de autor que sea realmente moderna y progresista, que proteja más al creador y ayude a la difusión eficiente, no al enriquecimiento de terceros con doble moral.

8. Sabiendo que la piratería y la payola al fin son entendidas como fenómenos que en realidad han de motivar una nueva evolución y no ser el fundamento de retrógradas cacerías de brujas.

9. Sintiéndome parte de una comunidad que les rinde más tributo a quienes nos antecedieron; parte de una industria que promueve también la música que se ha grabado en este país desde que llegó el primer micrófono, no sólo lo reciente.

10. Con la existencia de más academias que también enseñen a los nuevos artistas a defenderse empresarialmente en la industria, no sólo a crear y tocar.

11. Sin discriminación por estar en oposición al gobierno de turno; con mayor libertad de cantar lo que quiera donde quiera.

12. Confiando en que no seré víctima del hampa al salir de una presentación.

13. Haciendo una fiesta para todos mis adorados fans en agradecimiento, porque no hay música sin oyente.
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Notas relacionadas:

15 de noviembre de 2010

De cuando defendí a Ilan Chester en la TV

El pasado 11 de noviembre, Ilan Chester se ganó un Grammy en Las Vegas y ello me emocionó por la asociación que puedo hacer de la noticia con recuerdos en mi memoria. Un día después, alguien compartió conmigo un especial video que terminó siendo el último empujoncito necesario para lanzarme definitivamente a escribir sobre Ilan (algo que tenía pendiente desde hace tiempo; el video está más abajo).

Como muchísimos venezolanos, me percaté de la existencia de este cantautor a principios de los 80, cuando su Canto al Ávila me cautivó. Siendo yo un adolescente que se iniciaba como compositor y tecladista, descubrir que en mi ciudad alguien hacía lo que yo soñaba hacer a ese nivel, fue inspirador. Franco De Vita comenzaba su auge también y tenía su nosequé; Aditus, con George Henríquez en las teclas, me contagiaba; pero yo me identificaba con Ilan. Su voz era simplemente la más expresiva, versátil y mejor controlada de todas; sus arreglos giraban en torno a su trabajo en el piano y los sintetizadores, con un lenguaje de pop, jazz, rock, blues y ritmos latinos, muy balanceado, muy elegante, muy bien pensado, muy digerible. Me sonaba a Billy Joel, a Toto, a Elton John; y era hecho en mi país en un momento en que yo necesitaba un modelo a seguir que fuera más local.

Y mi admiración nació. Ilan se volvió algo así como el maestro a igualar. A él lo comenzaron a llamar "el músico de Venezuela", y así lo veía yo. No era el fan común; era el novato que reconocía talentos que deseaba desarrollar.

Los años pasaron y fui caminando los kilómetros de mi propia carrera. Grabé mi primer disco y al poco tiempo nos cruzamos. Fue en 1994, en un estudio de ensayo; yo con mis músicos en una sala; él con los suyos en la de al lado. Y sentí la necesidad de rendir el tributo, de expresar gratitud por la inspiración; así que le escribí algo en el librito de un CD mío y me le acerqué en el lobby la siguiente vez que coincidimos en el lugar.

No recuerdo qué le dije, pero sí tengo grabada la imagen de cuando nos dimos la mano, de la expresión en su rostro cuando le di el disco. Creo que simplemente le manifesté que lo tenía en alta estima y que ese regalo era lo mejor de mí que podía darle en agradecimiento. ¿Cuál había sido luego el destino final de mis canciones? ¿Las habría escuchado? ¿Se le habrían perdido? Si llegó a escucharlas, ¿le gustaron? Ni idea, y no importaba; yo quería el acto simbólico y quedé satisfecho.

Luego en el 96, Ilan dio sus conciertos de "despedida", una jugada que se mercadeó de una manera ambigua y que hasta el día de hoy se sigue recordando, puesto que, obviamente, él nunca se retiró como músico. Yo fui a uno de esos shows, que es otro de mis recuerdos gratos porque fue el preámbulo de una noche notablemente romántica para mí ;)

Pero yo sí entendí lo que pasó. Chester no se despedía de los escenarios ni se estaba jubilando. Como de hecho fue, se estaba retirando de la disquera que lo tenía contratado y se declaraba oficialmente un artista independiente, sin ataduras; una decisión valiente. Era otra coincidencia con mi situación. Yo estaba entrando en esa etapa de completa decepción, frustración y estancamiento, porque mi sello discográfico se volvía un caos y la posibilidad de firmar con otro que me diera libertad plena de hacer lo que yo quisiera musicalmente, se había vuelto utópica. Mi independencia era inminente.

Y la independencia de Ilan comenzaba a dar frutos. Para el 97, su valentía lo había llevado a versionar el himno nacional de Venezuela como una balada pop, la más hermosa y sensible interpretación de ese símbolo patrio que he escuchado en mi vida. La sencillez de su voz y su piano, y el sentimiento en la ejecución volvió nuestro canto patriótico algo más personal con lo que era más fácil identificarse. Pueden escucharlo en el video; aquí está.



Ya no era el arreglo coral y orquestal cansón y quemado que nos obligaban a oír antes de comenzar clases en la escuela. Esa nueva versión fresca y emotiva me tocaba más directamente la fibra de venezolano y me recordaba el osado acto que había realizado Jimi Hendrix unos 30 años antes, cuando el himno de Estados Unidos vibró en su guitarra eléctrica ante el público de Woodstock.

El de Ilan era un atrevimiento que causó polémica. Fue cuando una alumna de piano que yo tenía entonces me dijo: "Me invitaron a la TV para discutir sobre si está bien que el himno nacional sea interpretado como a la gente le dé la gana. ¿Quieres acompañarme?"

El programa era el famoso A Puerta Cerrada que conducía la periodista Marietta Santana en Radio Caracas Televisión; y allí me vi entre puristas y vanguardistas, músicos y académicos. No recuerdo tampoco mis palabras exactas ese día, pero obviamente fue un argumento en contra de la posición tradicionalista de un profesor del conservatorio de música en el que yo había estudiado; en apoyo a una grabación que, lejos de irrespetar, enaltecía; en apoyo a la personalización, a la libre expresión, a la validación de una particular muestra de nacionalismo cuya melodía, por cierto, era la misma de la canción de cuna que solía escuchar de pequeño.

Duérmete mi niño
que tengo que hacer...

Justo en esos meses conocí de la nada a Harry Lerner, un melómano que buscaba quien le enseñara a su hijo adolescente a usar su nuevo sintetizador, una tarea que asumí con placer porque se trataba de un muchacho con un gran talento (hablo de Salomón Lerner, director musical del reciente montaje de Jesucristo Superestrella en Venezuela; así de bueno resultó). Y en una de esas tertulias musicales que solía tener con él, Harry me dice que estudió con Ilan en el colegio y me cuenta lo cerca que vivió sus inicios. Yo, por supuesto, le cuento que lo admiro y blablablá, y entonces él me lanza la perla: "¿En serio? Los voy a invitar a él y a ti a cenar en casa para que lo conozcas mejor".

Y así pasó. Esa noche Ilan Chester y yo fuimos, por igual y en el mismo sitio, invitados especiales de una velada. Para mí, fue dimensionar al personaje y completar el modelo inspirador. En el estar, antes de comer, al lado de su esposa de entonces y de sus hijos, me dio una razón reveladora y muy bien fundamentada de su vegetarianismo; y conversando de otras cosas, entendí más su peculiar arrogancia y seguridad en sí mismo.

En la mesa, surgió lo del programa de TV y sus comentarios lo sellaron todo. A él no le importaba lo que los demás dijeran; su espíritu era libre; su fe en lo que hacía era indestructible; y yo terminé de convecerme. Me declaré artista independiente para siempre. Ya no importaba radio, ni TV, ni disqueras, ni controles. A hacer música como quisiera sin rendir cuentas.

Luego de cenar, subimos a la habitación de Salomón y los tres tocamos algo en su sintetizador. No nos pusimos a cantar ni nada así; fue sólo una especie de intercambio de opiniones sobre la peculiaridad tecnológica del aparato. Cuando le mencioné el episodio de mi disco como regalo, me dijo que lo recordaba ¡y que le había gustado! Y eso es lo último que me queda de esa ocasión. Más nunca lo vi en persona; más nunca coincidimos.

Todo eso pensé fugazmente cuando supe que había ganado el Grammy. Me emocioné también porque es un artista independiente obteniendo un premio que tradicionalmente se lleva gente de megadisqueras que suena en la radio hasta la locura. Era un reconocimiento merecido desde hace tiempo, y aquí lo celebro en mi rincón personal, desde mi óptica. Gracias de nuevo, Ilan.
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Notas relacionadas:

22 de septiembre de 2010

4 cosas que me digo para curarme la vanidad de artista

Llamar la atención es algo inevitable e inherente de mi trabajo (también algo incómodo para mí), pues desde hace unos siglos crear música se ha vuelto una labor egocéntrica, que involucra una competencia por ser el objeto del deseo de un público que nos quiera en escena, nos busque en prensa, nos quiera en retrato, nos dé su aceptación (su dinero, si prefieren el eufemismo).

Arte y artista son inseparables, pero en una era en la que todo parece seguir principios de mercadotecnia, es fácil llegar a un desequilibrio. Muchas veces parece que lo más importante es la persona y no lo que ella crea; la marca y no el producto. Es común ver acentuada la personalidad y no la canción; el ruido y no la música; incluso el escenario y no el auditorio.

Compartir algún talento especial puede inspirar admiración y provocar lenta o súbitamente lo que llaman fama. Y ser admirado y/o famoso puede alimentar la autoestima (aunque muchas veces provoca el efecto contrario).

Pero cuando un fenómeno así nos agarra sin control, podemos sucumbir a la vanidad, algo que puede iniciar un proceso de autodestrucción si un artista no lo supera.

Lo he vivido. Me ha llegado el halago escrito en una servilleta al tocar en un bar; me ha saltado encima la jovencita para besarme al bajar de un escenario; he visto mi foto en periódicos; he recibido la felicitación a diario; me han pedido el autógrafo; he sentido el aplauso; he visto las sonrisas cuando aparezco; he escuchado cosas que me honran en lo más profundo. Independientemente de la calidad de lo que hago, conocidos y extraños me han hecho sentir como un Beatle.

Y he sucumbido a veces. Cuando notas que te quieren ver y oír, cuando te satisface esa atención que te hace sentir deseado y querido, sin darte cuenta, buscas que la rueda no se detenga y terminas más bien atravesándote donde sea para que te den lo que antes te daban sin pedirlo. Es cuando el rechazo o la posibilidad de que te ignoren se vuelve intolerable. ¿Cómo se atreven a ignorarte si eres tan especial?

Entonces corres el riesgo de empezar a crear cosas con la intención de atraer y recibir, no de dar; y cuando un artista deja de dar como un acto genuino y sincero, empieza a desvanecerse.

Desde que retomé mi rol como solista hace dos años, y ahora promoviendo un nuevo disco, más y más gente se me acerca y me da aquello que hace cosquillas a mi vanidad. Y también he visto de cerca lo que es la decepción por causa de divismo, y la execración por causa de engreimiento.

Por eso trato de actuar en sintonía con algunos principios que me repito a diario para mantenerme ubicado entre todo el caos que involucra mi trabajo. Y esto es lo que me digo:

1. Soy un medio, no un fin. Canto mis experiencias y creencias, y estas son muy parecidas a las de otras personas que quizás quieren expresarlas como yo lo hago. Me escuchan porque se expresan a través de mí, no porque canto yo.

2. Soy otro más. La música existía antes de mí y otros artistas vendrán después de mi partida. Un millón de canciones se publican cada año. Cuando no escuchan las mías, escuchan las de otro compositor que tiene también el don de expresar y hacer sentir. Hay otros cantantes que inspiran. Hay otros instrumentistas que conmueven. Soy parte de una comunidad, no un competidor.

3. Aún me queda mucho por aprender. No lo sé todo y no puedo actuar como si así fuera. Admito mi ignorancia porque así inicio mi aprendizaje. Puedo ser digno de admiración, pero también reconozco y admiro a quien hace lo que yo no puedo, a quien hace cosas que me motivan a crecer.

4. Soy terrestre, no celestial. Aunque puedo hacer milagros (en el sentido más amplio del término), no soy un dios y no soy una estrella. También como y duermo; también río y lloro; también pago cuentas. Soy pariente y amigo, padre y amante, un ser con privacidad y también un ciudadano. Veo TV y voy a una tienda si necesito algo. Soy común; soy como todo el mundo. Simplemente tengo un talento en particular que me sube a una tarima, pero no soy más que nadie.
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12 de agosto de 2010

Mis 17 razones para caminar la calle con un nuevo CD

Como ya les mencioné, salgo esta vez a la calle como un músico ambulante a entregar mi nuevo disco, Pasado Mañana, producido a mi manera, en lugar de hacer que una compañía lo fabrique y lo coloque en discotiendas. Para difundir mi música, mis actos han de ser coherentes con lo que creo y deseo, y estos son mis motivos:
  1. ¿Por qué no?
  2. Quiero salir de mi zona de confort y vivir algo nuevo, hacer algo que nunca he hecho. Quiero la aventura. Quiero la experiencia.
  3. Quiero confiar en el futuro incierto, que no tiene por qué ser adverso. Quiero seguir disfrutando de lo inesperado.
  4. Quiero fluir y dejar que las cosas pasen. Quiero perder el control y saborear la consecuencia.
  5. Quiero andar sin detenerme y dejar de propiciar que me detengan.
  6. Quiero vivir el romanticismo detrás de la idea del músico de calle, el inicio, el origen antes de que todo se desvirtuara con la industria del disco, sus rollos legales y el bizarro mundo que crea.
  7. No me interesan la fama, el reconocimiento y la riqueza fácil. Quiero la conexión, la transmisión, la simbiosis.
  8. No quiero vivir en un mundo de apariencias. No soy estrella ni soy inalcanzable.
  9. Quiero conocer más directamente a quienes pueden estar buscando lo que dicen mis canciones.
  10. Me motiva grabar melodías y salir a compartirlas de inmediato sin trabas, sin burocracia, sin intereses mezquinos, sin la injusta demora, sin la injusta remuneración, sin la competencia absurda.
  11. Me motiva el valor especial que tiene el trabajo artesanal que surge de un esmero más genuino.
  12. Quiero hacer más único lo que sale de mí.
  13. Quiero extender la experiencia de la sala de conciertos; quiero llevarla más allá del asiento en el auditorio.
  14. Quiero ser más considerado con lo que hago. Quiero apoyar una obra benéfica con una contribución más expedita que no dependa de aprobaciones y lentos procesos contables.
  15. Para algunos será rebajarse; para mí es avanzar por otro camino, feliz.
  16. Sólo yo soy responsable de lograr lo que quiero.
  17. Quiero el reto y probar que es muy poco lo que hace falta para lograr mucho.
Qué haré con mi disco

Antes de comenzar las presentaciones con mi banda, saldré a la calle a cantar, a hacer que otros me escuchen; sin micrófonos, sin tarima; en mi ciudad y fuera de ella. A quien me invite, lo visitaré y le daré música. A quien me llame, le cantaré. A quienes estén muy lejos, les llegaré de la manera en que se pueda. Quien quiera saber dónde estaré, ¡que me lea en Twitter! Quien quiera distribuir mis canciones en su país, que me contacte y le envío el material; ¡no cobro regalías! (es un concepto que no respaldo). Quien lo quiera, me pararé a su lado en la foto y le dejaré mi dedicatoria. Quien quiera tenerme, me tendrá. Quien quiera compartirme, me multiplicará. Quien quiera mi tiempo, se lo daré.
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8 de septiembre de 2009

De cuando el jurado de Latin American Idol me invitó a cenar

El destino (¡otra vez el destino!) me llevó a esa fiesta en casa de un alto ejecutivo de SPE Networks para agasajar a las que poco después serían las celebridades de Latin American Idol: Erika de la Vega, Monchi Balestra, Elizabeth Fuentes, Jon Secada y Gustavo Sánchez. Yo sólo era un invitado inconexo, aunque conociera de años a mucha gente en el lugar. Mi presencia era extraña aun teniendo yo tanta relación con lo musical, simplemente porque en ese momento mi quehacer era más anónimo. Si había alguien que podía ser ignorado esa noche, ese alguien era yo.

Pero fue una velada para comprobar que la buena energía da sorpresas gratas.

A los pocos minutos de llegar los esperados invitados de honor, Gustavo, uno de los que harían de jueces en el nuevo show de talento vocal y ex-mánager de Chayanne, se acercó al pequeño grupo de personas en el que yo me encontraba y parecía no querer apartarse de nuestra compañía. La gente se acercaba y lo saludaba, otros venían y tomaban sus fotos para el recuerdo o la reseña de prensa, y él no se retiraba, seguía ahí charlando muy amenamente con nosotros, contando muchas anécdotas interesantes de su vida, mostrando la sonrisa fácil de quien es amigable sin esfuerzo, de quien no está acostumbrado a ser famoso, de quien se siente intimidado por lo que está por venir.

Creo que fui la persona con quien Gustavo más conversó esa noche. Yo no era de la TV, ni periodista, ni fan, ni cantante buscando audicionar para la competencia, ni empresario de disquera, ni entrevistador de radio. Yo era desconocido, como en cierto grado era él entonces; y yo me sentía fuera de lugar, como sin duda creo que él se sentía también, a pesar de que eran su fiesta, su show y sus compañeros de proyecto. Yo no intimidaba, ni él me intimidaba a mí. Siempre sentí la buena onda de quienes se están comenzando a conocer.

Sin planearlo ni esperarlo ni propiciarlo, me vi a la noche siguiente cenando con él, Elizabeth y mi esposa en el hotel en el que se hospedaban, charlando sobre las cosas curiosas de la audición ese día, algunas historias personales de Gustavo que me parecían enriquecedoras, y los cuentos de Elizabeth trabajando con Willie Colón y Ricardo Arjona. Y yo me preguntaba por qué: por qué estaba yo allí compartiendo con gente influyente por la que años atrás habría hecho lo imposible por conocer y conquistar para avanzar en mi carrera; por qué no me interesaba impresionarlos como artista y ganarme su referencia en una industria tan competida; por qué, existiendo mucha más gente directamente relacionada con su trabajo que seguramente habría querido estar allí, era yo quien estaba en esa mesa pasándoles la sal. Aunque mi intención era en esencia ser también un buen anfitrión en mi ciudad y aunque mi sincera simpatía era correspondida, nunca sentí que fuera yo tan especial como para merecer esa agradable coincidencia, agradable por estar con quienes prometían ser futuros buenos amigos.

Al año, después de una primera temporada de Latin American Idol exitosa, después de discutir con los jueces frente al televisor y de enviarles sugerencias por email para una competencia que --lamento decir-- me parece muy disociada con la realidad de la industria musical y con los valores que debería acentuar, nació mi hijo; y, mientras veía yo babeado a esa criaturita en su camita de clínica, alguien tocó a la puerta de la habitación.

Era Gustavo Sánchez. Se había escapado de las segundas audiciones en Caracas para traerle un inmenso regalo de bienvenida al bebé. ¿Por qué? Porque la buena energía da sorpresas gratas.

El destino (¡y sigue!) también me ha hecho perder contacto con toda esa gente de LAI, pero ahora mi hijo tiene como DVD favorito una copia de un episodio del programa, que se sabe de memoria. Cada vez que me ve, me pide que "le ponga Idol", y cada vez que reproduzco ese disco, disfruto del que es ahora mi artista favorito: un niño de dos años y medio que baila y canta con un microfonito de juguete.

Mañana comienza la cuarta temporada del show y, Gustavo, sé que esta vez no estarás como juez. Sin embargo, si lees esto, te he de decir que, sin saberlo tú, te hiciste parte de lo que ha encendido la chispa musical en mi hijo.

La buena energía da sorpresas gratas.
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Notas relacionadas:

7 de septiembre de 2009

70 profesionales de la música dan sus consejos (3)

7. Justine

La industria musical ha cambiado desde los 80 hasta hoy en día. Las que no cambian son las motivaciones que impulsan al músico a hacer conocer sus creaciones y a compartir su arte con los demás. Si decides divulgar tu música, o sea, dejar que otros te escuchen (“hago música para expresarme y que me escuchen, por ende, soy”), debes estar claro en cómo definirás tu vida.

Sin hacer ningún juicio o calificativo, pregúntate primero: ¿Usarás tu arte también como un modo de ganar tu sustento económico? ¿Dejarás que tus escuchas fluyan y contribuyan en tu conversación con ellos (a través de tu carrera) o será una vía “one way”, o sea, un monólogo? ¿Simplemente querrás expresarte y ya, sin intereses económicos ni necesidades materiales o necesidades del ego? ¿Te motiva el reconocimiento en esta era de inmediatez mediática, es decir, hacer música sólo como vehículo para obtener tus 5 minutos de fama, 5 años, 5 décadas? (el tiempo es algo relativo; el músico pasa por esta vida, pero la música es inmortal).

En fin, la música debe ser un derecho natural para cada ser y no un privilegio. Si hubiese entendido esto mucho antes cuando comencé a creer en mi voz y mi ser como instrumento para crear placer y bienestar, quizás no me hubiese angustiado tanto en hacer decisiones para balancear lo que el espíritu pide (expresión) con lo que el cuerpo necesita (alimentarse). Afortunadamente, la vida misma te da las herramientas para definir ese balance, que es único para cada quien, con medidas y proporciones adecuadas a lo que cada músico o artista decida creer y crear.

Nunca olvido que mi instrumento de expresión (la voz, mi ser total) depende de mi salud integral. Por ende, siempre concibo la música profundamente ligada a la salud. Eso sí lo supe desde el principio y ¡por eso a través de tantos años sigo expresándome a todo pulmón!

Justine es una cantante y bailarina venezolana con una extensa trayectoria en la TV y en el escenario. Su estilo único que combina una muy expresiva voz con enérgica danza puede apreciarse también como parte de la banda Majarete. http://www.myspace.com/majaretesm


8. Pedro Castillo

Fíjate siempre en lo que hacen los profesionales y actúa como ellos.

Pedro Castillo es uno de los cantautores y guitarristas más versátiles en Venezuela, con una carrera que ha producido numerosos éxitos profesionales como solista y junto a bandas reconocidas, como Témpano y Aditus. Pedro también es un cotizado locutor. http://www.pedrocastillo.com


9. Rubén Gutiérrez

Sé honesto; el público siempre valorará lo que realmente eres, no lo que pretendes ser. Toma riesgos, sé creativo. En la música no hay reglas, ni hay una sola manera de hacerla. Nunca es tarde para comenzar ni hay una edad para realizar tus sueños; siempre hay una oportunidad. Cuida tus opiniones sobre otros músicos y artistas; primero logra tus objetivos, toca en vivo, graba tu música. Criticar es fácil, pero realizarse en la música puede ser toda una odisea. Mejor apoya y colabora con tus colegas y recibirás lo mismo eventualmente. Pase lo que pase, nunca dejes de soñar con lo que quieres.

Rubén Gutiérrez es guitarrista y pieza clave en una de las agrupaciones más particulares y exitosas de Venezuela, Gaélica, una interesante propuesta que gira en torno a la música celta. http://www.gaelica.net


10. Willie Croes

"El que mucho abarca, poco aprieta". Con este dicho popular me quiero referir a aquellos músicos que no saben decir que no y quieren ser parte de todos los guisos [proyectos] y tocar con todo el mundo, no pudiendo muchas veces cumplir y quedando mal siempre con alguno, bien sea por cuestiones de agenda (2 toques el mismo día) y porque nunca llegan a aprenderse un show como es. Es un mal que vemos muy frecuentemente estos días. Mi consejo: aprende a decir que no y dedícate a hacer sólo lo que puedas hacer.

Willie Croes es un respetado músico, arreglista y productor musical venezolano egresado de la Berklee College of Music en Boston, que ha trabajado con artistas como Yordano, Franco De Vita, Elisa Rego, Guaco, Cecilia Todd, Menudo, Sergio Pérez, Guillermo Dávila, Frank Quintero, Willie Colón y Carlos Baute. http://www.myspace.com/williecroes
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Notas relacionadas:

27 de agosto de 2009

70 profesionales de la música dan sus consejos (2)

3. Bernardo Sanoja Soulés

Cito a Lin Yutang, escritor e inventor chino:

Nadie puede salir a conquistar el mundo si tiene dudas de sí mismo.

Añado a eso una cita mía (aunque muy seguro estoy de que ya alguien habrá dicho esto y, como arreglista, reescribo la partitura):

La suerte no existe, existe es el éxito. La "suerte" es estar preparado en el momento indicado.

Con esto sólo quiero decir, prepárense y asegúrense de que, sea lo que sea que hagan en su vida, no hay nadie que lo pueda hacer mejor que ustedes. El día que la oportunidad toque su puerta, estarán listos para aceptar el reto y llevarlo a cabo exitosamente.

Bernardo Sanoja Soulés es un venezolano productor musical, ingeniero de sonido y director de Beyond Music Productions y Beyond Music Studios, en donde han podido trabajar artistas como Voz Veis, Aquiles Báez, Roberto Blades, Hany Kauam, Roque Valero, "El Pollo" Brito, y Gustavo Santaolalla. http://www.beyondmusicstudios.com


4. Nana Cadavieco

Es un camino dificil, pero NO imposible. Hay que hablar menos y hacer más. Y en la era 2.0 hay que aprovechar cada espacio para extender el arte que uno hace, tomándolo como un trabajo serio, 24/7.

La artista venezolana Nana Cadavieco acaba de lanzar su primer CD titulado Exposé, un excelente trabajo con influencias de rock, pop, disco punk, world music y electrónica. http://www.nanacadavieco.com


5. David Toro

Uno de los aspectos más importantes que considero debe tener claro cualquiera que desee incursionar en esto de la música es la personalidad. Queremos cantar como fulanito o ser como menganito y desvirtuamos lo que somos y lo que queremos. Es como la vida misma: Cada día se debe ser más "uno mismo". Obviamente no podemos tampoco caer en el extremismo de hacer las cosas sin importarnos en lo más mínimo la opinión de los demás. Es un balance entre lo que se quiere y lo que puede gustar a quienes nos aprecian. El arte es comunicación. Sin comunicación, no hay arte. Si no entramos en cierta sintonía con quienes queremos captar, no estaremos logrando lo que queremos. Sólo el tiempo, la paciencia y la constancia brindan este conocimiento. Así que, en resumen, diría que estos tres aspectos son vitales: personalidad, paciencia y constancia.

David Toro es un compositor, arreglista y productor musical venezolano que se especializa en el área publicitaria. http://www.myspace.com/davidtoromusic



6. Gerardo Ubieda

La sabiduria te la da la experiencia, pero la ingenuidad da la genialidad. Esta es mi opinión después de 40 años en la música. Al principio no sabes mucho, pero tienes ideas, ganas de hacer, crear. Después logras desarrollarte, conceptualizar y conseguir tu propio vocabulario.

El reconocido baterista Gerardo Ubieda ha sido desde 1977 la pieza unificadora de la legendaria banda venezolana de rock progresivo Témpano, líder de la agrupación OdraReg, y acompañante de infinidad de artistas venezolanos de renombre. http://www.tempano.com
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Notas relacionadas:


19 de agosto de 2009

70 profesionales de la música dan sus consejos (1)

Algunos son viejos amigos con los que he podido trabajar; otros son colegas que respeto y con quienes me cruzo en esta movida musical; unos más son modelos que decidí seguir desde la adolescencia; y otros cuantos son nuevos amigos que he podido conocer gracias a lo positivo de las redes sociales en Internet. A cada uno pedí una respuesta a esta pregunta:

¿Qué te habría gustado saber cuando te iniciaste en esta carrera?

Enseguida comenzaron a llover mensajes, algunos breves y lacónicos, otros tan extensos como un artículo entero; pero todos plenos de experiencia personal y valiosa. Fue interesante leer ideas que se solapan y a la vez confirmar que cada individuo tiene un poco de sabiduría única que es para mí un privilegio compartir con quienes leen este modesto blog. A todos ellos agradezco su disposición y aporte a la mejor clase magistral que pueda alguna vez brindar en este espacio. Mi admiración siempre.


1. Aditus

La recomendación para los que están comenzando es seguir ensayando y tocando en las buenas y en las malas; es decir, la constancia. También hay que aprender cuándo decir sí y cuándo decir no, ya que los músicos tienden a involucrarse en todo lo que les proponen y no todo es bueno (aunque lo aparente). A veces es más importante dejar de tocar.

Aditus es una de las bandas más populares y reconocidas de Venezuela. En sus más de 30 años de trayectoria ha grabado 13 discos y producido numerosos éxitos que son clásicos en la radio. Su más reciente producción De Alcabala a Peligro fue lanzada en 2008. http://www.aditusonline.com


2.
Bélica


Nunca den nada por SOBREENTENDIDO. Dejen todo por sentado en un papel firmado, así se trate de nuestros mejores amigos. Recuerden que mientras más claras sean las cuentas, más conservarán las amistades. Con esto me refiero a que tenemos que cuidar nuestros derechos de propiedad intelectual como artistas, compositores y creadores. Firmar un papel, por más sencillo que sea, les puede ahorrar años de frustración, traición, juicios, dinero, entre mil cosas más. Pero, sobre todo, evitar la tranca y la evolución de ustedes como artistas. ¡TODO FIRMADO!

Convicción, constancia, disciplina, y sobre todo PACIENCIA, son claves del éxito. No tiren la toalla. La incomodidad es sólo una prueba para seguir echando pa'lante.

Jamás en esta vida se deja de aprender. Tenemos que vernos como esponjas. No importa la edad ni el lugar, mucho menos el juicio ajeno. Tomar riesgos para probar, aprender, experimentar y desarrollar, para mí son claves básicas de la evolución artística. ¡NO TENGAN MIEDO! Asumir riesgos y retos es parte de esta gran aventura.


No se detengan esperando a la disquera que los va a firmar. Olvídense del ticket de la lotería. En estos tiempos modernos todos podemos sacar nuestros discos de manera independiente. Ahorren, háganse un capital, júntense con la gente que es, estén claros con su concepto y, sobre todo, NO ES NECESARIO BUSCAR LA APROBACION DE NADIE.


Bélica, hija del reconocido tenor venezolano Carlos Almenar Otero, es una figura del underground caraqueño que mezcla trip-hop, pop, rock y blues, y acaba de terminar la producción de su segundo disco como solista, Chica Chic. http://www.myspace.com/belicamusica
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Notas relacionadas:

17 de junio de 2009

Las notas

Mis motivaciones
- Ibuprofeno para el corazón
- Mi rison-guay
- Vuela por él
- Las canciones raras en mi vida: "Dreamer" de Supertramp
- Sin dinero da miedo, ¿verdad?
- Diez claves para el éxito de un músico (primera parte)
- Diez claves para el éxito de un músico (segunda parte)
- Róbame las canciones
- De cuando Trina Medina me echaba salsa encima
- De alante pa'trás
- El entusiasmo que revitaliza
- El sufrimiento positivo
- Son diez mil
- Se buscan superhéroes
- Luiser ya es trío
- 25 citas que me motivan como músico
- La nota sube a 3
- Los 7 hábitos del artista altamente ineficiente
- Don't Stop 'til You Get Enough
- 15 reflexiones para hacer música sin límites
- El artruista (o el artista que es altruista)
- 70 profesionales de la música dan sus consejos (1)
- 70 profesionales de la música dan sus consejos (2)
- 70 profesionales de la música dan sus consejos (3)
- De cuando el jurado de Latin American Idol me invitó a cenar
- Los comienzos sin final
- De cuando Claudio Corsi me llevó a Viña del Mar
- El camino y la evolución
- Oportunidad
- Mi 2009 en 38 tweets
- Borroso
- De cuando Jon Lord me hizo crecer
- La nota sube a 4
- Luiser ya es cuarteto
- Mis 17 razones para caminar la calle con un nuevo CD
- De cuando le canté "Diferentes memorias" a Ricardo Montaner
- 4 cosas que me digo para curarme la vanidad de artista
- De cuando defendí a Ilan Chester en la TV
- Ayuda Pana
- Mi 2010 en 30 tweets
- Me quedan 112 canciones de vida
- De cuando canté con Jon Anderson
- El primer libro de mi saga
- Luiser en 1994 (o la foto en una entrevista)
- El artista que olvida su rebeldía
- Mis 8 fobias como músico
- De cuando Henrique Lazo me llevó al cine
- Canciones raras en mi vida: I've Got You Under My Skin de The Four Seasons
- Mi fama
- De cuando hice música para Dios con Víctor Drija y su familia
- Canciones raras en mi vida: Goodbye Yellow Brick Road de Elton John
- 6 reflexiones para el músico que quiere renunciar
- Epifanía en una sala de urgencias
- Mi 2011 en 50 tweets
- Las canciones en mi iPod (1)
- El himno a juro
- De cuando Guillermo Dávila se afeitó en mi baño
- 48 horas como músico de Guillermo Dávila (Parte Uno)
- De cuando grabé una canción viendo a Nicolás Maduro
- 48 horas como músico de Guillermo Dávila (Parte Dos)
- La maldición de pensar en premios
- Las 5 canciones más hermosas de Peter Gabriel (Mercy Street)
- Las 5 canciones más hermosas de Peter Gabriel (Don't Give Up)
- Las 5 canciones más hermosas de Peter Gabriel (Blood of Eden)
- Las 5 canciones más hermosas de Peter Gabriel (Father, Son)
- Mi 2013 en 893 fotos
- Mi 2012/2013 en 44 tweets
- De cuando compartí despecho con Karina
- Los 7 de mi hijo (o por qué lucho por mi país)
- Catch the Rainbow
- De cuando entré a un estudio de grabación por primera vez
- De cuando salí de gira con Santa Claus
- Mi 2014 en 532 fotos
- Mi 2014 en 56 tweets
- Música en tiempos de crisis (en Venezuela)
- Un ídolo es para siempre (Episodio 1)
- Un ídolo es para siempre (Episodio 2)
- Un ídolo es para siempre (Episodio 3)
Canciones raras en mi vida: I Got My Mind Made Up de Instant Funk
- Un ídolo es para siempre (Episodio Final)
- Cuando quieras trascender
- Mi 2015 en 115 tweets (1)
- Mi 2015 en 115 tweets (2)
- Mi 2015 en 115 tweets (3)
- Mi 2015 en 439 fotos
- Mi 2016 en 101 tweets
- luiser en Instagram: Septiembre 2017
- luiser en Instagram: Octubre 2017

Mi música
- Grito y silencio: La idea
- El susto en el baño
- Cierra la boca y grita, así duela
- Déjame en paz (Episodio 1)
- Déjame en paz (Episodio 2)
- Si no estás (Episodio 1)
- De cuando Carlos Jaeger me hizo cantar jazz
- La más básica relación de amor de un músico
- Nueva canción: Contacto
- Viviendo en el cielo
- Déjame en paz (Episodio 3)
- Déjame en paz (Episodio Final)
- Nueva canción: Como siempre
- Mi nuevo disco: Pasado Mañana (o cómo un músico se vuelve ambulante)
- Si no estás (Episodio 2)
- Todo o nada (Episodio 1)
- Todo o nada (Episodio Final)
- Celebración (Episodio 1)
- Un regalo para mis fans
- Canciones de Pasado Mañana: Límites
- Canciones de Pasado Mañana: Alguien detrás de ti
- Canciones de Pasado Mañana: Grito y silencio
- Canciones de Pasado Mañana: No me preguntes quién soy
- Canciones de Pasado Mañana: Duelen
- Canciones de Pasado Mañana: Canario de jaula en la selva
- Canciones de Pasado Mañana: Diferentes memorias
- Canciones de Pasado Mañana: A lo lejos
- Canciones de Pasado Mañana: Déjame en paz, Como siempre, Contacto
- Canciones de Pasado Mañana: grabaciones inéditas
- Instrucciones para participar en el video de PM1
- Cómo va el video de PM1 (Episodio 1)
- Celebración (Episodio Final)
- Mi semana musical (Mayo 30, 2011)
- Los 30 años de mi primera canción
- Caminando y cantando con Capriles Radonski
- Los 15 años de "En"
- Déjame en paz (nuevo video)
- Si no estás (Episodio 3)
- Estoy bien (nueva canción)

8 de junio de 2009

El know-how musical

Algo que me ha ayudado inmensamente como artista es mi entendimiento del idioma inglés. Más allá de permitirme en su momento cantar con mayor soltura los clásicos temas anglosajones que dan sustento a muchas bandas de versiones, me abrió las puertas del mundo entero, social y culturalmente, al punto de regalarme experiencias tan alucinantes como el tocar canciones de los Beatles en un crucero japonés en mitad del Pacífico al lado de un cantante y un guitarrista nipones, un baterista brasilero, un bajista australiano, y un corista canadiense (la música puede ser un "idioma universal", pero a veces hay que hablar un lenguaje más terrestre).

Y algo que también me ha hecho valorar mucho esa capacidad, es el acceso que he podido tener a una inagotable fuente de conocimientos sobre lo que implica el desenvolvimiento de un músico en todos los ámbitos de su carrera: el estudio, la disquera, el mercado, la industria. Conocimientos compartidos por muchos expertos... en inglés.

Si quieres entender el uso de un compresor en el estudio de grabación sin esperar a que la experiencia te lo enseñe, tienes que entender su manual en inglés. Si quieres prepararte para estudiar el contrato que te propone la disquera sin la asesoría de un abogado especialista en el tema (que son poquísimos, por cierto), puedes leer alguno de los centenares de libros que se han escrito sobre el asunto... en inglés. Si quieres aprender a usar Twitter para tener una comunicación más directa con la gente que sigue tu música (tal como lo hacen Lenny Kravitz, Jon Anderson, Trent Reznor y Mayré Martínez), se escriben un montón de artículos diarios con consejos específicos para músicos... en inglés. Si buscas saber más sobre las nuevas tendencias en la industria musical porque eres un artista independiente que quiere estar a la vanguardia llevando tu carrera de una manera más empresarial ya que, más allá de ser tu pasión, es también tu medio de sustento en un negocio muy competido, puedes visitar alguno de los miles de sitios en Internet plenos de información al respecto... en inglés.

Por supuesto que hay fuentes en español y academias de música más modernas que imparten cursos complementarios que trascienden el do-re-mi y los ejercicios con metrónomo y se enfocan en otros aspectos del quehacer musical, pero son alarmantemente escasos, poco accesibles o sumamente caros. En muy pocos sitios en Latinoamérica se ha llevado la preparación del músico al siguiente nivel o han surgido iniciativas como las de Músico Emprendedor en Argentina. En Caracas, que es uno de los centros editoriales de la región, si vas a la sección de música de la mejor librería, sólo conseguirás títulos como "Aprenda a tocar guitarra" o la biografía de Ricky Martin(*); mientras que en países como Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido, la bibliografía sobre todos los temas de la carrera musical es abundante y conforma una sección obligada en toda tienda de instrumentos; se pueden escuchar emisoras de radio centradas en lo que implica la labor del músico; y se puede asistir a numerosos congresos sobre derechos de autor, el uso de la Internet 2.0, las relaciones con medios de comunicación, y una infinidad de temas dedicados exclusivamente a quienes trabajan con música. Es todo un movimiento de profesionales cuyo propósito es compartir nuevos conocimientos para mejorar una industria milmillonaria que es tomada muy en serio.

En Latinoamérica, si quieres ganarte un Grammy, prácticamente es requisito haber trabajado en Miami, porque por esos lados está el saber, no sólo las conexiones para el impulso internacional. Es una generalización fuerte, pero no muy alejada de una realidad hispanoamericana que aún no ve como algo normal escuelas al estilo de Berklee. Mientras algo así se desarrolla, sólo queda aprender inglés y leer mucho para evitar que la sabiduría nos llegue por puro empirismo.

(*) Hoy en la tienda Amazon, el término "industria musical" me arrojó 58 títulos en la sección de libros. El término "music industry" produjo 25.247 resultados.
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Notas relacionadas:

19 de mayo de 2009

13 mitos que debería desechar un artista musical emergente

Son falsedades con las que me he topado en foros de discusión y en entrevistas de radio y TV. Llegaron a ser mis creencias simplemente porque otros colegas las tenían y porque mi propia experiencia me las reafirmaba. Pero mi realidad, a decir verdad, era el resultado de lo que llaman "profecías autocumplidas", no de que estas ideas fueran ciertas.

Si crees que algo pasará, pasará, sea bueno o malo. Algunos crean su camino basados en una fe en sí mismos y en cosas buenas que vienen. Otros atentan contra su propio avance basados en el principio de que "así se deben hacer las cosas y no hay más remedio que sacrificarse para surgir".

Pero "así" no deben ser las cosas. Para dedicarnos a la música con más control de lo que hacemos y más satisfacción, necesitamos desechar muchos mitos, y estos son algunos de los que afortunadamente he desechado en lo personal:

1. Hacer música es un trabajo difícil. Pues, no lo es. No puede ser difícil algo que te gusta hacer, así parezca complicado o exigente.

2. Hace falta mucha plata para surgir. ¿Qué es "surgir"? Es crecer como profesional y recibir de parte de los demás muestras de que estamos creciendo. De todos los músicos que a diario van surgiendo, haciendo mejores canciones, volviéndose mejores intérpretes, dando a conocer su arte entre más gente, vendiendo más CDs/mp3s cada semana o atrayendo más asistentes en cada concierto, ¿cuántos son millonarios? El gasto abundante no es requisito.

3. Siendo músico de fin de semana se llega a ser músico de semana entera. A esto respondo algo que ya he dicho: Si te dedicas a lo tuyo a medias, tus resultados serán a medias.

4. El progreso de tu carrera depende de que un productor te escuche y te apoye. En música, el progreso depende de cuánto te desarrolles, de cuánto mejores la calidad de lo que haces, de cuán auténtico es tu arte y de cómo interactúes con tus seguidores. Más importante es la comunicación con tu público (sea pequeño o grande) que la aprobación de un productor.

5. Sólo tocando en vivo te puedes dar a conocer más masivamente. Algo así fue necesario para los Beatles a mediados del siglo pasado. La dinámica es otra ahora. Si crees ciegamente en este mito, los dueños de los locales nocturnos seguirán aprovechándose de tu desesperación por tocar frente a 50 personas un lunes sin importar si te pagan.

6. Hay que grabar demos. Las grabaciones de demostración, que algunos llaman "maquetas", se producían antes para llamar la atención de una disquera con algo hecho a bajo costo. Ahora puedes grabar un disco en tu casa con una computadora, y las disqueras lo saben. ¿Para qué grabar demos de mediana calidad cuando el estándar se ha elevado y cuando puedes lograr un producto terminado por tus propios medios? Es mentalidad del siglo pasado también.

7. Si no grabas un disco, no eres nadie. Errado. En realidad no existes como artista musical si nadie te escucha; es lo elemental. Además, los fans hacen sus propios discos al combinar las canciones que disfrutan como mejor les plazca. La gente escucha canciones, no discos. Y tu éxito no depende de cuántos álbumes grabes; depende de cómo te comuniques emocionalmente con tu público.
8. Si no suenas en radio, no eres nadie. La radio ya no es imprescindible para hacerte escuchar. Mejor opta por meterte en iPods, por ejemplo.

9. Es necesario tener influencias y suerte. No, te repito que te irá bien si te conectas emocionalmente con tus oyentes y si crees genuinamente en lo que haces. Inspírate e inspira.

10. No hay sitios donde tocar. Mentira. Tocarás y cantarás donde estés, donde quieras y cuando quieras, si quieres. Comienza a querer y hazlo realidad. Ahora. ¿Que es difícil? Vuelve a leer el mito número 1 arriba.

11. Todos deberían apoyar el talento local. Me parece un principio fascista y populista que, de paso, promueve la mediocridad. La gente sólo escucha música que le transmita algo y la haga sentir. No esperes apoyo de nadie que no se fundamente en la capacidad que tiene tu arte de emocionar. El origen del apoyo es irrelevante; y el apoyo auténtico no es una obligación, es una recompensa por la simbiosis que causa tu música, no por ser de donde eres.

12. La piratería hunde la industria musical. No, la piratería evita que las productoras fonográficas hagan más dinero y que los artistas renombrados ganen más regalías. No sé de ningún practicante de la piratería musical que haya sido acusado de plagio. La autoría de obras siempre se ha respetado. Los piratas sólo han alterado la manera en que se distribuye el dinero que produce la música, infringiendo leyes que defienden a los que tienen el derecho exclusivo de hacer copias (copyright), que en el mundo real son las disqueras. Tarde o temprano, será una práctica aceptada y regulada de otra forma simplemente porque la música grabada gratuita se está convirtiendo en un estándar.

13. Si tienes talento, es suficiente para que la gente te admire y te siga. Bájate de esa nube. Es como afirmar que alguien se enamorará de ti porque tienes ojos bonitos. Tampoco ocurrirá porque te vean más a menudo. Una vez más, es un asunto de conexión. Tu talento es un medio, no un fin.

Recordé algunas otras creencias infundadas que pueden limitar y frenar nuestro quehacer, y no las incluí porque me parecían derivadas de las que ya he mencionado. Si saben de otro mito que deba ser incluido, dejen su comentario o escríbanme cuando gusten. Siempre es gratificante ser rebelde con causa.
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Notas relacionadas:

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