
Pocos años después sale una de las joyas de la música pop estadounidense, Off the Wall, un disco con el elegante toque y la impecable producción de Quincy Jones, que mezcla música disco con funk, rhythm & blues y soul, y que era sin duda el perfecto abreboca de lo que luego sería Thriller. Todavía hoy, Don't Stop 'til You Get Enough, con la sabrosura de su percusión menor dentro de la genialidad de un arreglo que produce magia con apenas dos acordes sobre un monótono bajo, me sigue pareciendo, como músico, la perfecta obertura de lo que sería un impresionante aporte artístico al mundo del disco.
Quizás muchos no lo noten aún, pero hoy ha fallecido otro como Lennon, Mercury y Hendrix; y, a pesar de mi tristeza, me alegra haber aprendido algo de lo que el niño que cantaba Ben quizo enseñar.
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