
Y, para sufrir, sólo basta ser vulnerable, quebrantable. Yo escribo canciones porque soy débil con frecuencia. A veces me desanimo y escribo los versos que me curan. A veces la incertidumbre me agobia y una mezcla de ritmos me pueden enmarcar un himno de seguridad. A veces una decepción, una sorpresa o una frustración me lleva a cantar el mantra que luego me iré repitiendo. No crean que soy un perfecto practicante de lo que predico, pues son en realidad afirmaciones que mi alter ego me canta para sentirme fuerte cuando olvido mi fortaleza.
De eso me di cuenta hoy. Por más equilibrado que pueda yo ser, es mi vulnerabilidad, mi sensibilidad al caos, lo que siempre me vuelve creativo. Mi música es mi sufrimiento positivo; como dije antes, "ibuprofeno para el corazón".
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