Quizás esperen ver una vida más glamorosa y alocada en torno a lo que es dar conciertos con Guillermo Dávila, pero en realidad somos todos músicos y personal técnico muy sosegados y relajados. Simplemente vamos a lo nuestro con la emoción de lo inesperado, el reto de hacer algo bueno sin importar las circunstancias, y el disfrute de hacer lo que amamos para ganarnos la vida; no vamos con ninguna otra intención. Esto que ven es costumbre, es lo que suele pasar cada vez que salimos a alguna ciudad para entretener y regalar magia; y siempre estoy rodeado de sencillez, de amistad, de largas charlas que hacen los viajes y el cansancio más llevaderos, y de la oportunidad de conocer gente distinta que se acerca a brindar el saludo o la felicitación que anima.
Bueno, no hablo más. El resto está en imágenes. ¡Que disfruten el video!
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